No se si os he dicho en alguna ocasión que asesoro tecnológicamente en el negocio familiar de hostelería. Y hoy 9 de octubre, mientras tomaba mi primer café de la mañana se ha acercado un cliente islandés y nos ha preguntado por qué las playas este año estaban tan sucias. Me he quedado sin palabras. Desde mi ignorancia estaba convencido que el modelo de Sol y Playa, en el que se basa Benidorm, estaba asegurado - ningún político controla el sol ni las playas - pero después del comentario de este cliente ya empiezo a dudar. Estos políticos, no contentos con jorobar e incordiar, se han propuesto estropear la playa que nos da de comer, a ellos y a nosotros. Estoy seguro que ya están pensando en como joder el sol, que ya es el colmo.